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Mi blog de Comercio Exterior

Soy contador público (UNL), Especialista en Comercio Exterior (UNR) y Despachante de Aduana. Escribí dos libros que buscan -sobre todo- insertar personas en la exportación: Teoría y Practica de la Exportación por Cuenta y Orden de Terceros (Ed. Librería Cívica, 2013); y Comercio Exterior Para No Especialistas (Ed. Tarifar, 2015). Combino mi trabajo diario con la docencia en carreras de grado y posgrado de algunas universidades nacionales y seminarios en instituciones intermedias de todo el país, y en algunas empresas (“in company”). Suelo participar en los medios con columnas especializadas. Vivo mi trabajo como una pasión, aunque lo más importante siempre está fuera del trabajo. Mi frase preferida: Nunca te des por vencido, porque si lo hacés, viene un chino y te mete en la góndola de los lácteos. Bienvenidos!!!.

martes, 9 de abril de 2013

"Cero Kilo", Realidad y ficción



Por Diego Dumont - Para LT10 Económicas AUDIO

Ni el acto fallido de Mujica de la semana pasada, ni la situación post crisis 2008-2009, ni la propia uruguaya, país de perfil “importador” de mercaderías (vendedor de servicios). La política ”Cero Kilo”, consistente en limitar toda introducción de mercadería al país de la Banda Oriental, tiene un epicentro social, reflejo de la devaluación real, la que marca el tipo de cambio “ilegal”.

Sin ánimo de referenciar un conocido cliché político, la única verdad es la realidad. Y cuando la  moneda del país A se deprecia en relación a la del país B,  se dice que se produce un aumento de competitividad que hace más barato a B adquirir productos de A.

Alrededor de 1.400.000 uruguayos cruzan cada año a Argentina. Una parte, familias y personas que viven en zonas de frontera, vienen a hacer valer más su dinero comprando bienes no sólo para uso o consumo personal sino además con fines comerciales especulativos, algo que existió desde siempre bajo un cierto margen de tolerancia por parte de las autoridades y comerciantes, y que va cambiando de dirección según sea el contexto económico.

El Régimen que permite que ciudadanos crucen un puente o barrera para ir a comprar alimentos al súper o a cargar nafta se llama “de Tráfico Fronterizo”, y existe en el mundo, no sólo en Uruguay, no sólo en Argentina.

La mercadería que pueden comprar los residentes en zona de frontera debe ser para uso o consumo propio, familiar, o del hogar. En Argentina por ejemplo, tienen una franquicia de 50 dólares mensuales.

Este tipo de normativas se flexibilizan en la práctica, porque “hacer la vista gorda” posibilita la subsistencia de familias marginales a veces, que perdieron la libertad y dependen de ello para ganarse el pan, y otro tanto, un trabajo fino de oportunistas. Así sucede por ejemplo con las mujeres y pibes “bagayeros” en el  noroeste argentino.  En todo caso, se aplica “mano dura a ojo" con un cierto equilibrio tácito entre  daño potencial y cuestión social.

Pero, mientras más la realidad se aleja de la ficción, más notorio es el problema y se empieza a agotar la paciencia de algunos. Cuando el “blue” se aleja cerca un 60% de la cotización oficial (el dólar “verde”, que hoy casi sólo  vemos en las películas), se produce una mayor presión en las fronteras.

De esa manera, se endurecen los controles y para acceder a montos de compras más importantes hay que encuadrarse en otro Régimen (de Equipaje, del MERCOSUR) que sí lo permite (150 dólares en frontera terrestre, 300 dólares en otros casos),  pero exige permanecer un mínimo de 24 horas al otro lado de los confines nacionales. 

No es efecto de alguna una tensión diplomática, no es protección ante fugaductos de capitales. Después de todo, se trata de una lucha de libertades...




Bonus Track - La Libertad -Andrés 






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