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Mi blog de Comercio Exterior

Soy contador público (UNL), Especialista en Comercio Exterior (UNR) y Despachante de Aduana. Escribí dos libros que buscan -sobre todo- insertar personas en la exportación: Teoría y Practica de la Exportación por Cuenta y Orden de Terceros (Ed. Librería Cívica, 2013); y Comercio Exterior Para No Especialistas (Ed. Tarifar, 2015). Combino mi trabajo diario con la docencia en carreras de grado y posgrado de algunas universidades nacionales y seminarios en instituciones intermedias de todo el país, y en algunas empresas (“in company”). Suelo participar en los medios con columnas especializadas. Vivo mi trabajo como una pasión, aunque lo más importante siempre está fuera del trabajo. Mi frase preferida: Nunca te des por vencido, porque si lo hacés, viene un chino y te mete en la góndola de los lácteos. Bienvenidos!!!.

viernes, 28 de febrero de 2014

Clasificación Arancelaria. ¿qué es y para qué sirve?

Por Diego Dumont

Cuando estás pensando en hacer un negocio que tiene que ver con exportar o importar, una de las principales dudas que tenés es cuánto  vas a pagar de impuestos y qué trámites especiales tenés que hacer.

No es extraño ver gente que llega al estudio del despachante con un catálogo alto como la Guía Telefónica y dice: “me gustaría importar estas cosas”, ¿cuánto debería pagar de impuestos?.  A menos que estés dispuesto a pagar el retiro  de un despachante de aduana para que se siente con tu “tomo” por algunos meses, no hagas esto, y tratá de ser preciso en la elección de las mercaderías con las que querés trabajar.  Tené presente que además de los impuestos, hay muchos otros conceptos que formarán parte de tu costo de importación o precio de exportación. Por ejemplo: honorarios de despachante, fletes, seguros, gastos en terminal, transportes internos,  gastos bancarios, etc. 

Para conocer los impuestos que hay que afrontar, lo primero que hay que hacer es “clasificar arancelariamente”. Y qué es esto?. Ahorrando complejidad y ganando comprensión, clasificar arancelariamente significa encontrar el código numérico y a veces alfanumérico, que corresponde a una mercadería dentro de un gran libro que se llama Nomenclador o Nomenclatura. Esta tarea normalmente la hace el despachante de aduana y no es una pavada. Implica un esfuerzo intelectual que puede insumir hasta horas de dedicación, y el seguimiento de un método técnico (Método de Sistemática Clasificatoria).

 Normalmente quien clasifica necesita  buena información sobre la mercadería. Una mala clasificación puede llevar a sobre o sub estimar tributos, haciéndonos perder un negocio o entrar erradamente,  e incluso puede traducirse en un problema legal y económico si es advertida por Aduana.

La Nomenclatura es mayormente genérica. Es decir, es muy difícil ubicar una mercadería tal cual la conocemos popularmente. No vamos a encontrar por ejemplo “una camiseta de Boca con el N° 10 de Juan Román Riquelme”, ni “paragolpes de Volkswagen Gol 1.6 modelo 2005”, ni el “PULSE, el DVD doble de Pink Floyd”.  Más bien habrá que buscar dentro de  prendas de vestir, partes de automotores, soportes magnéticos, y así.. A su vez,  de las prendas de vestir –por ejemplo- podría interesar  el material textil, el talle y otros datos.

Otra aclaración importante es que en la nomenclatura hay objetos, es decir las cosas que pueden importarse o exportarse. Quedan comprendidos como “cosas” por ejemplo, una pelota, una bicicleta, una máquina y los animales; pero no los inmuebles ni las personas. Parece obvio,  pero me pasó que ante el fallecimiento de un comprador extranjero en Santa Fe me llamaron para hacer la “exportación”. Lo mismo cuando en los últimos años ante el delito de extranjeros se vio en algunos medios a cierta gente pidiendo que se los “exporte”. En estos casos la pelota la tiene Dirección Nacional de Migraciones y no Aduana.

Algo interesante es que en la inmensa mayoría de los países  del mundo la clasificación arancelaria tiene  una misma base: los seis primeros dígitos son los mismos. Esto es  consecuencia del Convenio del Sistema Armonizado de Designación y Clasificación de Mercaderías que Argentina firmo en 1985 y ratificó en 1993. Esta Convención permite  facilitar la negociación de acuerdos (al hablar mayormente  de números y menos de denominaciones difíciles de traducir),  la obtención de datos  estadísticos, el intercambio de información comercial, la aplicación de política comercial externa, etc.

A una empresa le sirve para tener una primera aproximación al el tratamiento de lo que desea importar o exportar. Cómo?, solicitando la posición arancelaria al proveedor o cliente y llendo a la nomenclatura (si no habla español,  la “HS Tariff Code”, donde Hs proviene de Harmonized System).  Esta posición no hay que tomarla como definitiva sino la que el despachante que contrates determine y defienda ante la Aduana Argentina. Si las cosas están bien hechas en ambos países debería llegarse a lo mismo.

En Argentina la posición arancelaria que utilizamos surge de agregar cinco dígitos y una letra a los seis del Sistema Armonizado. Los dos primeros corresponden al bloque MERCOSUR del cual el país es miembro pleno y los otros tres son internos. Se llega así a la Posicion SIM (SIM= por Sistema Informático María o mejor dicho, Malvina desde ahora).

Se puede consultar gratuitamente la Nomenclatura arancelaria en la web de AFIP en el siguiente link –opción "consultar posición"-:

Existen servicios pagos para privados que permiten obtener consultas un poco más refinadas y mayor información (Por ejemplo, los de Tarifar, NOSIS, PC RAM,  etc).

Conocer los fundamentos del Sistema Armonizado posibilita aventurarse a obtener información sobre el tratamiento aduanero y arancelario en otros países. Teniendo en cuenta la “regla de los seis primeros dígitos”, podemos ingresar a la Nomenclatura de otras administraciones y obtener más datos para estudiar la factibilidad del negocio. 

Por ejemplo, si sé que una mercadería que quiero exportar se vende en góndola minorista a un precio X en el país extranjero, puedo descontarle a ese precio un margen estimado de 30% por canal minorista, luego otro 30% del canal mayorista, el IVA de ambos canales y los tributos de importación para llegar a un "precio de referencia" que va a servir para comparar con el precio al que nosotros podemos poner nuestra mercadería en un puerto de destino y así saber si somos competitivos o no.

Algunas nomenclaturas de otros países/bloques:

www.aladi.org(Países de Aladi) –Consultar el Sicoex
http://dataweb.usitc.gov (Estados Unidos)

Nos vemos,

 Lectura recomendada

FERNANDEZ, Silvina Sandra, PELLEGRINO Leonardo y PRANTEDA, Nicolás Natalio. Clasificación Aduanera de Mercaderías. Guía Práctica, Ed. IARA S.A., 2011.

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