Es complejo el
desempeño de la aduana moderna. Debe
impulsar simultáneamente dos fines tan válidos como opuestos: buscar
la máxima seguridad y al mismo tiempo lograr que las mercancías circulen
a mayor velocidad por las fronteras. Es como querer frío y calor a la
vez. Pero tener una mano en el freezer y otra en la estufa nos deja bien en
promedio pero no en los hechos. ¿Cómo se resuelve el dilema?. Les cuento.
Las aduanas están entre
los primeros organismos en la historia de los Estados. Lógico, porque
los Estados necesitan recursos para funcionar y estas los proveen en
abundancia, toda vez que la principal función histórica ha sido (y aún es) la
recaudación. Para garantizarlo durante siglos
la premisa fue “contar y
tocar”, control intrusivo a la mayor
cantidad de cargas posibles, era sinónimo de éxito. Pero el crecimiento del
comercio cambió los resultados y obligó a la Aduana a evolucionar, primero a
ampliar el control del tráfico de mercancías a otros fines extra
recaudatorios y hoy hacia la
facilitación. La clave está en la inteligencia. Si se utiliza adecuadamente la
información que posee el Estado y se
mejoran los perfiles de riesgo, se puede ir a un control físico menos
amplio pero mejor dirigido, bajando los costos de las empresas y del
Estado.
Para lograrlo, deben
establecerse nuevas reglas, categorizar a operadores y modernizarse sistemas.
En esa línea, en 2005 la Organización Mundial de Aduanas adoptó el Marco de
Estándares SAFE para Asegurar y Facilitar el Comercio Global (Marco
SAFE). Es un marco dinámico, que periódicamente es revisado
y completado (por eso desde la OMA se lo
conoce como Paquete SAFE) que busca disuadir el terrorismo internacional,
mejorar la recaudación y promover
la facilitación del comercio en todo el mundo.
Bajo este paraguas
Argentina viene impulsando un plan de
cinco años para instalar la Ventanilla Única del Comercio Exterior, había
establecido el Sistema de Operadores Confiables (SAOC) en 2007(para exportación)
y ahora internalizó la figura del Operador Económico Autorizado (OEA)por RG
AFIP 4150 publicada recientemente, donde extiende el SAOC a la importación. En
palabras de la norma, OEA es el debido cumplimiento de las obligaciones
aduaneras, impositivas y de los recursos de la seguridad social, así
como también la seguridad de las mercaderías y la integridad de la cadena
logística. A cambio, la AFIP concede beneficios a los operadores,
principalmente el que las operaciones cursen –salvo excepciones- por canal verde.
Los operadores que
pretender ser OEA deben acreditar y mantener el cumplimiento de sus
obligaciones fiscales, antigüedad no menor a 3 años, solvencia financiera
(patrimonio neto igual o superior a U$S 1.000.000 o garantía no inferior a U$S 100.000
o equivalente), poseer sistema informatizado de gestión de stocks, los recursos
tecnológicos que determine AFIP y
amplias condiciones de seguridad. Se prevén dos categorías Nivel A y Nivel B según el tamaño del OEA y se requiere
una permanencia no menor a ocho meses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario