Argentina se vuelve a
meter de lleno en la materialización de una Ventanilla Única de Comercio
Exterior. Si bien la primer experiencia data del año 2012, cuando se implementó
la inolvidable DJAI como “Ventanilla Única Electrónica” (RG AFIP 3252/12 y 3255/12), aquella fue una prueba efímera y acotada a la administración de las
importaciones. Después en 2014 hubo un
tibio intento con la RG AFIP 3599/2014 pero la norma quedó huérfana de
continuidad.
Pero esta vez la cosa
pinta diferente, y el equipo de Macri está enfocado en materializar la
“Single Window” nacional.
En octubre pasado hubo un relanzamiento general del Régimen por Decreto 1079, que incluye un Comité de
Implementación que involucra a la propia Jefatura de Gabinete de Ministros (más
AFIP y Secretaría de Comercio). A continuación, se sumó a la VUCEA el SENASA (Resolución Conjunta AFIP 3972/2016 y SENASA
774/2016) y el INV (Resolución Conjunta AFIP 3981/2016 e INV
234/16). Hace pocos días AFIP comunicó a
los operadores (por SICNEA) la puesta en marcha para algunas operaciones
competencia de estos dos organismos. Pero ¿qué podemos aprender
de la experiencia internacional y a qué desafíos habrá que enfrentarse para
lograr una verdadera Ventanilla Única Integral?.
La Ventanilla Única en el
mundo
Mucho antes de llamarse
Ventanilla, los países asiáticos la introdujeron
como pilar de su comercio exterior. En especial, Singapur la puso en marcha en 1989 con el nombre de
TradeNet, y luego Hong Kong hizo lo
propio en 1997 con TradeLink. Mientras
que normalmente la Ventanilla Única se mueve por los ejes Gobierno-Operador, y Gobierno-Gobierno, países asíáticos como Korea, Hong Kong y Singapur
avanzaron sobre el eje Operador-Operador, integrando a la
Ventanilla Única documentación electrónica y medios de pago, siendo pioneros
del comercio sin papeles.
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Implementación de la Ventanilla Única en Asia |
Fue recién en 2004, cuando
se empezó a hablar de Ventanilla Única para el Comercio Exterior, como
tal (“Single Window”, en inglés). La Comisión Económica de Naciones Unidas para
Europa (UNECE, su siglas en inglés), por
Recomendación N° 33 la definió como ámbito (virtual) “que permite a las partes
involucradas en comercio y transporte presentar información comercial y/o documentos por única vez, para cumplir
requerimientos para importación, exportación o tránsito de mercaderías”. La Recomendación
proporcionó diferentes modelos para
alcanzar los objetivos: una única
autoridad receptora/canalizadora de la información; un Sistema Único Automatizado
para recepción de información, o un sistema automático de transacciones desde
el cual el operador pueda interactuar con diferentes organismos.
Posteriormente en 2005, los Directores
Generales de Aduanas en representación de los entonces 166 miembros de la
Organización Mundial de Aduanas se reunieron en Bruselas, adoptando por unanimidad el Marco de
Estándares “SAFE” para Asegurar y Facilitar el Comercio Mundial. Uno
de sus elementos clave es la utilización de la tecnología informática en los
envíos entre las aduanas, que mas adelante será materializada como Ventanilla
Única (punto 1.3.8, del Marco SAFE).
En 2013, la OMC se sumó a
la tendencia mediante el Acuerdo de Facilitación del Comercio de Bali,
que está muy próximo a entrar en vigencia, y prevé expresamente a la Ventanilla
Única Electrónica como instrumento para su consecución (artículo 10, apartado
4).
El impulso se propagó por
el globo. Hacia 2012, según el Banco Mundial, de 150 países encuestados, 49 ya
estaban inmersos en la implementación de la Ventanilla Única, y 20 de estos ya
tenían incluidos a los organismos estatales más relevantes. La Ventanilla Única
está presente en los cinco continentes, pero los países en desarrollo llevan la delantera
por sobre los desarrollados. Por
ejemplo, Estados Unidos apenas se inicia en la implementación de la ventanilla (ITDS) para exportaciones de pymes.
Uno se pregunta, hasta qué punto ciertos países están dispuestos a simplificar
y facilitar trámites (sobre todo desde el lado de la importación).
En Latinoamérica se
destacan Colombia y Perú (VUCE- Sunat-), que comenzaron a implementar la
Ventanilla Única en 2006. Posteriormente se sumaron otros países, como México
(VUCEM) y Ecuador (VUCE), en 2010; Chile
(VUCE –Sicex-) y Bolivia (Gobierno Electrónico), en 2011; Uruguay (2013), Panamá (2016) y Argentina.
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La Ventaniila Única en otros países (listado ejemplo) |
Dificultades a superar
Se sabe que la
implementación de Ventanillas contribuye a la facilitación del comercio, a la
simplificación de procesos (evitando duplicación), a la armonización de
información, a mejorar la eficiencia y
eficacia de los controles y a otorgar
previsibilidad. También que dota de más transparencia al ámbito fiscal y
aduanero, contrarrestando la corrupción, y que reduce costos al gobierno y a
los operadores (se estima un ahorro anual para Argentina, de U$S 6.500 millones
en costos del comercio exterior). Incluso, el concepto de Ventanilla Única es adaptable para utilizarse de manera sub-nacional
o Supranacional (un ejemplo es la
Ventanilla Única Regional de ASEAN, lanzada en 2005; o la posible Ventanilla
Regional del NAFTA, hoy cuestionado por Trump).
Pero tan cierto como lo
dicho son los desafíos a encarar. Argentina se encuentra muy relegada aún en
rankings como el Doing Business del Banco Mundial en lo que refiere a comercio
transfronterizo (puesto 117 de 190). Si la Ventanilla Única es el ámbito
tecnológico en el que recalan de manera integrada todas las operaciones del
comercio exterior y transporte
internacional y sus trámites asociados, es indispensable que las Aduanas de los gobiernos celebren
acuerdos de cooperación con otros organismos gubernamentales relacionados con
el comercio internacional, y la
experiencia internacional indica que en la práctica, es muy difícil que abarque
a todos estos organismos, y que muchas veces las razones son más políticas que
técnicas (mencionemos por ejemplo la puja de intereses dentro de los propios
organismos y entre Nación y Provincias).
También es duro convencer a otras
agencias estatales de adoptar el Sistema Armonizado para clasificación de las
mercaderías en sus normas. Por estos motivos, la mayoría de los gobiernos opta por una
adopción progresiva, incorporando
organismos paulatinamente, versus una implementación de shock tipo big bang. Y un detalle no menor son las nuevas
corrientes proteccionistas, que hacen que los países se enfoquen mucho más en
simplificar trámites de exportación por sobre los de importación.
Como si fuera poco, aún hay una presencia importante del papel en las transacciones comerciales y un Sistema de Aduana –Malvina- que tiene techo en
Windows XP, ya sin soporte de Microsoft.
No es casual que en algunos países la
Ventanilla Única fuera lanzada conjuntamente con una modernización de los Sistemas
de Aduana (teléfono para Abad).
El comercio mundial ha
crecido en el mundo en la última década, y aunque moderadamente, continúa
haciéndolo. Pero también lo han hecho sus costos e ineficiencias. Esto obliga a focalizar los esfuerzos para estar a la altura del mundo que
viene, no basta con eliminar
aranceles.
La aventura no es fácil, pero tampoco imposible.
En palabras de Koh Tat Tsen[1], “implementar
una Ventanilla Única Nacional es extremadamente complejo y costoso. Requiere
tremendo esfuerzo, cambio de mentalidad y por sobre todo… una voluntad política
de hierro”.
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