El dólar “planchado”, o que devalúa a una tasa menor a la
inflación, al menos, generó un aumento de quienes intentan importar pese a las
restricciones, lo que llevó al Gobierno a endurecer las inspecciones de las
empresas que se inscriben por primera vez como
importadoras.
Los controles recaen sobre la Administración Federal de Ingresos Públicos
(AFIP), que lleva adelante inspecciones que demoran hasta dos meses para
autorizar al importador “si está todo en regla”, según explicó Diego Dumont,
titular del estudio aduanero DMF Comercial.
A los controles por falta de declaraciones juradas sobre ganancias y los
análisis basados en los indicadores del Gobierno sobre la relación entre ventas
y ganancias –con los que el Gobierno restringe las operaciones de los que
considera que están evadiendo impuestos o tienen atrasos en los pagos–, ahora
se sumaron inspecciones in situ en las que se pide la documentación.
En sí, se trata con la AFIP cumpliendo con su función recaudadora. Lo que los
empresarios y despachantes señalan, en tanto, es la demora en revisar los
papeles. El inspector otorga diez días para presentar los libros de IVA compra
y venta y los detalles de ventas, gastos, compras, además de datos sobre los
socios. “Todo en papel, y cuando se inscriben por primera vez como
importadores”, agregó Dumont.
Del otro lado, la promesa de un “tipo de cambio sin sobresaltos” durante el
2015 electoral despertó el interés de los argentinos que les encontraron la
vuelta a las importaciones. Pese a los controles del Gobierno, las compras
minoristas siguen fuertes de la mano de las diferencias de precio con el
exterior.
El rubro preferido sigue siendo el de electrónicos. Quienes compran en el
exterior razonan que tienen la posibilidad de remarcar entre el 60% y 100%
algunos productos a la hora de venderlos en el mercado interno, sin evadir el
35% de arancel de importación ni ingresar los productos por contrabando sino a través
de correos o courier. Para la Cámara de Importadores, el oportunismo de traer
productos de afuera es marginal.
Del otro lado, las cámaras comerciales siguen reclamando por el contrabando.
Mientras que las importaciones cayeron 19% en enero de este año, las de bienes
de consumo bajaron menos, el 12%. En tanto, la Cámara Argentina de Comercio
sostuvo que aumentó la venta callejera de productos falsificados en casi 40%:
la mitad estaba explicada por los rubros de óptica, fotografía, relojería y
joyería, en su mayoría productos de procedencia asiática que, según las cámaras
del sector, ingresan al país desde Chile y se trasladan por camión.
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Por Patricia Valli - Economía - Diario Perfil
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