Se festeja el 16 de agosto, el día del despachante de aduana, sin asueto ..y de overol. Es característico de nuestro tiempo que cada vez más, el despachante tenga más y más peso en las operaciones de comercio internacional. Hablando de peso, es un oficio que permite “volar”, no como Ironman, ni Peter Pan, ni los personajes de Mary Poppins... sino que hace que la percepción del mundo esté bastante más allá del escritorio, porque muchas veces lo que pasa a miles de kilómetros un día, afecta en el trabajo día al siguiente…. el corte del puente de Gualeguaychú, la situación de Irán, la muerte de Chavez en Venezuela, el mundial de Brasil, etc., etc., etc.. A la vez, el oficio exige un hilo conductor a la realidad nacional, o un cable (o un pararrayos.. ya no lo sé), con semejante eléctrica vorágine normativa argentina. Lo dicho, me recuerda a “El leve Pedro”, disparatado cuento de Enrique Imbert, en el que Pedro volaba hasta que se cortó el hilo y se perdió… en fin… a googlearlo si te gusta leer (bah..para el blog, les dejo el link abajo).
Bienvenidos...
Soy contador público (UNL), Especialista en Comercio Exterior (UNR) y Despachante de Aduana. Escribí dos libros que buscan -sobre todo- insertar personas en la exportación: Teoría y Practica de la Exportación por Cuenta y Orden de Terceros (Ed. Librería Cívica, 2013); y Comercio Exterior Para No Especialistas (Ed. Tarifar, 2015). Combino mi trabajo diario con la docencia en carreras de grado y posgrado de algunas universidades nacionales y seminarios en instituciones intermedias de todo el país, y en algunas empresas (“in company”). Suelo participar en los medios con columnas especializadas. Vivo mi trabajo como una pasión, aunque lo más importante siempre está fuera del trabajo. Mi frase preferida: Nunca te des por vencido, porque si lo hacés, viene un chino y te mete en la góndola de los lácteos. Bienvenidos!!!.
martes, 29 de julio de 2014
El despachante de aduana... bajá de las nubes!
Se festeja el 16 de agosto, el día del despachante de aduana, sin asueto ..y de overol. Es característico de nuestro tiempo que cada vez más, el despachante tenga más y más peso en las operaciones de comercio internacional. Hablando de peso, es un oficio que permite “volar”, no como Ironman, ni Peter Pan, ni los personajes de Mary Poppins... sino que hace que la percepción del mundo esté bastante más allá del escritorio, porque muchas veces lo que pasa a miles de kilómetros un día, afecta en el trabajo día al siguiente…. el corte del puente de Gualeguaychú, la situación de Irán, la muerte de Chavez en Venezuela, el mundial de Brasil, etc., etc., etc.. A la vez, el oficio exige un hilo conductor a la realidad nacional, o un cable (o un pararrayos.. ya no lo sé), con semejante eléctrica vorágine normativa argentina. Lo dicho, me recuerda a “El leve Pedro”, disparatado cuento de Enrique Imbert, en el que Pedro volaba hasta que se cortó el hilo y se perdió… en fin… a googlearlo si te gusta leer (bah..para el blog, les dejo el link abajo).
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