Son momentos difíciles para tu
bolsillo y llegar a fin de mes es una "aventura espacial" para muchos.
Desde ya hace unos años, es decir, antes de
reconocerse oficialmente la elevada inflación, la hoy Secretaría de Comercio viene
realizando algo que se conoce como “control de precios” (lo que
implica un reconocimiento implícito de que una mayor inflación existía). El “control de precios” consiste en un acuerdo
entre el Estado y privados de diferentes sectores, sobre el porcentaje y la periodicidad en que se
incrementarán los precios. Mientras tanto, el Gobierno “pide gancho”.
Los libros de Economía, cuentan que es una herramienta tan válida como
acotada. Los supermercados y el comercio no pueden bañarse en vaselina y que todo les resbale. En esta tregua hay que ir contra los problemas de fondo, en
especial la inflación. Si fuera fútbol, es
como sacar resultados jugando mal. Tenés que aprovechar el envión para mejorar
el juego porque si insistís tarde o
temprano se empieza a ver el fantasma de la “B”: productos que mantienen su precio por unidad
pero vienen en envase más chico (aumenta solapadamente el precio por cantidad),
freno en la producción (oferta), faltante de productos (mayor demanda a oferta
fija), etc.
El Estado conoce estos problemas, y ayer por ejemplo, la Secretaría
de Comercio publicó en el Boletín Oficial la Resolución 20/2014, estableciendo
multas de hasta $38.462 por cada incumplimiento de precios acordados en el
programa de “Precios Cuidados” (que sé que para vos es: Cuidado con los
precios!!!).
Me parece sano y buen punto de partida el reciente debut del
nuevo índice de inflación, más cercano a la realidad, aunque por supuesto queda
mucho por hacer en otras variables que se relacionan con este tema.
La exportación y los precios
Cuando las empresas exportan
logrando un mejor precio en el exterior que en el país, pueden verse tentadas a
retirar los productos de las góndolas y meterlos en un contenedor. El Gobierno desalienta esto consiguiendo que
a mayor oferta para el mercado local el precio baje, sobre todo en productos
que no se pueden almacenar por mucho tiempo. Los caminos principales que elige
el Estado son dos:
1. 1- Disminuir
el precio que obtiene el exportador en el exterior. ¿Cómo lo hace?. Fija “derechos
de exportación” sobre el precio FOB (denominados informalmente “retenciones”
por la forma en que se implementa en el sector agropecuario). Por ejemplo: la leche infantil paga 5%, (otros lácteos 0%), los porotos de soja 32%, algunos corte de carne vacuna 15%, carne
porcina 5%, etc.
2. 2- Limitar
la cantidad que puede ofrecer. Son los llamados “cupos de exportación”. Por
ejemplo, el Ministerio de Economía – mediante la oficina de la UCESCI (Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo Interno)-, tiene el control de la cantidad
exportable a través de la autorización -o no- de los ROE (Registro de
Operaciones de Exportación), que son las declaraciones que hacen las empresas
expresando su voluntad de exportar:
Lácteos: a través del ROE BLANCO. Los productos alcanzados
son en teoría la leche, el queso y algunas preparaciones especiales como la
leche modificada y el margarine cheese. Desde
el 1° de agosto de 2013 se empezó aplicar - sin norma de respaldo - a toda la cadena láctea: yogurt y otros
fermentados, lactosueros, manteca y otras materias grasas de la leche, lactosa,
leche en polvo maternizada, dulce de leche, helados, caseína, caseinatos, etc.
Granos y
derivados: a través del ROE VERDE. En la actualidad, no hay mayores problemas
en conseguirlo, pero son los productores los que se resisten a la venta,
esperan un dólar más alto mientras almacenan en “silobolsas”. Hay que tener
presente el alto porcentaje de retenciones mencionado (32%).
Carnes rojas: a
través del ROE ROJO y la distribución de la Cuota Hilton. La Cuota Hilton es un
cupo de importación a arancel especial que concede la Unión Europea (a partir de la Ronda Tokio de 1979) a países
productores y exportadores de carne
vacuna, para que estos puedan colocar a arancel preferencial carnes sin hueso
de alta calidad. Cumplido el cupo, puede seguir exportándose bajo el arancel
común. Argentina, que posee un
cupo de 29.500 toneladas, en el ciclo julio 2012 a junio 2013 exportó por 300
millones de dólares y dejó de exportar por 120 millones de dólares. En este
nuevo ciclo que cierra en junio 2014 va por el mismo camino por séptimo año
consecutivo. Esto no es positivo para el país ya que la incidencia de la
Cuota Hilton en el consumo per cápita de
carne es relativamente insignificante, y por contrapartida, su exportación es estratégica
para el país.
Si conocés algo de este tema y te
preguntás si es legal, te cuento que los derechos de exportación transgreden las
normas MERCOSUR ( Tratado de Asunción), pero hay un gran vacío a nivel OMC (que
se preocupó más en las trabas a las importaciones).
Si todo fuera tan fácil
Parece fácil para el Estado mantener a raya los precios pero no lo
es. Lo más difícil es entender que a
pesar de tener el control, la “espada de Damocles” puede caerle en cualquier
momento porque la sobreoferta local a precios
no rentables o poco rentables desincentiva la inversión y destruye la industria.
No puede apartarse jamás del delicado equilibrio
entre precios accesibles locales y rentabilidad de las empresas.
Para terminar
Pensando de la puerta de tu casa
para adentro, detectar y comprar productos
con precios cuidados o exportaciones restringidas mientras duran las medidas es
una buena forma de mejorar el poder adquisitivo de tu sueldo. Inclusive algunas unidades de más te
pueden ayudar a ahorrar algo, porque cuando se sale de estas medidas, el aumento
es inmediato. Por ejemplo, si estás pensando en festejar el cumple de tu nene dentro
de un mes, podés comprarte las gaseosas, los globos y los chizitos,… la torta no (salvo que
seas muy agarrado).
Nos vemos!
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